Presentación del libro
Luna que no cesa
por Lety Elvir

Fecha:     jueves 13 de agosto de 1998
Lugar:     Café - Librería Paradiso      
Hora:      7:00 PM                            

LUNA QUE NO CESA

Lety Elvir ha escrito un poemario a favor de la solidaridad y de la soledad. En él se atesoran palabras cuyo significado ha perdido valor para este fin de milenio enzogado por el pragmatismo de la globalización.

Es solidario porque a los valores de la amistad y el compañerismo se unen motivaciones personales que son, no obstante, comunes a todos. Conversaciones inconclusas de trascendencia emotiva, amistades perdidas cuyo golpe amoroso no sentirán "los desentendidos".

Solidario por la reclamación amorosa, físicamente concluyente desde el lado femenino, que es el lado más utilizado como objeto en el campo frágil de los sembrados versos de amor, cuando los siembra el varón. Y también solidario porque la autora ha decidido comprometer su poesía para sacudir el conformismo y la sumisión de la mujer de estos lares, en lo que parece ser una ley del subdesarrollo y por la que, bajo la férula macha, no se atreve ni siquiera a poner "patas arriba, la mesa del comedor". Es una solidaridad que se hace más específica conforme, a partir de situaciones personales, abarque los factores que hacen de la mujer la víctima propicia en nuestra América. La solidaridad tendrá su nido, también en el combatiente caído, en la amistad y en el amor, en la medida en que dentro del juego amoroso, ella sea también capitana de la nao privada del que el hombre se ha creído siempre vencedor.

Luna que no cesa ganó el Premio de Poesía Embajada de Chile, 1996, coordinado por la Fundación Neruda de Centroamérica, frente a un regular recuento de poesía joven que llegó al evento. Su lenguaje fino y directo, su ritmo entrecortado por la sucesión de hechos cotidianos que le dan sentido a la vida, hacen que estos versos limpios tengan mucho valor, valor para la mujer sumisa que necesita el valor que Lety Elvir tiene.

Estas estaciones lunares tienen, además, su propia personalidad. En este libro podremos observarlas con atención y admiración, que es lo que no hacemos con la luna misma, siempre triste y bella, "búfala de Venus".

  Eduardo Bähr
  Tegucigalpa, febrero, 1998