EFIMEROS ENCUENTROS
Entiendo que apareces cuando nadie puede verte.
Pero no es porque te escondes.
Es que quizá nosotros no entendemos
tu fascinación por la espeleología,
tu amor por la dríade irresistible,
tu apego a las calcáreas deformaciones,
al humus y a las cuevas graficadas;
tu efusión con las estalactitas
de donde surgen luego tus signos centelleantes.
Entiendo que siempre hay buena compañía.
Además de las que te son consubtanciales,
yo puedo imaginar, por ejemplo:
la blanca nubecilla de Don Quijote,
la cabra salvaje y el mamut
encasillados en la explanada de tu escritorio.
Pero en cada efímero encuentro
hay buenas razones
para compartir la dicha de lo inesperado.
 
RUMBOS
Todas las cosas sencillas
en su estado natural,
en su elasticidad concordante.
Sin embargo, yo,
siendo parte de las cosas sencillas
me he complicado hasta el tedio.
Si he de salir de esta sutil oxidación,
debo dejar la presuntiva armadura
y quedarme con lo que es necesario
para las cosas sencillas que debo realizar.
 
ESTAMPA
Habitamos el sol y la lluvia
aunque poco sabemos del centro de la luz
y de los caudales cristalinos;
pero somos habitantes de la tierra
y asumimos los riesgos y diarios deberes
asombrados del hermoso aletear de la libélula.
Si forjamos mal o bien
la dúctil armadura de esta estampa
es porque antes que raíces nosotros somos frutos
expuestos a los accidentes del camino.